Tres puntos acaparan este verano la atención de la DGT en la gestión del tráfico en la provincia: el nudo de Tres Caminos, el tramo de N-340 entre Bolonia y Algeciras y la AP-4 a la altura del peaje de Las Cabezas-Lebrija. Con la eliminación de puntos calientes claves como la carretera de la costa -con la ampliación de la A-48 hasta Vejer- o los accesos a la Costa Noroeste -con la autovía Jerez-Sanlúcar (A-480) o la ronda oeste jerezana-, el protagonismo negativo de las carreteras en esta campaña estival se ha desplazado a los dos tramos viarios y al control de la autopista. La solución para los primeros es clara desde hace tiempo: la reforma y ampliación de Tres Caminos (en fase de redacción y pendiente de la licitación de las obras) y el desdoblamiento en el Campo de Gibraltar (sometido a estudio). Sin embargo, el remedio al embudo que se genera en la carretera de pago no parece, a priori, tan fácil o, al menos, cercano. Para hacer frente al incesante incremento de vehículos que año tras año registra el peaje, la concesionaria valenciana ha ampliado el número de cabinas de atención y pago. De doce se ha pasado a veinte, de forma que en la actualidad hay once en dirección Sevilla y nueve en sentido Cádiz. Este aumento de capacidad se ha llevado a cabo en los dos últimos años y con él se han agotado las posibilidades de expansión del peaje establecido en suelo sevillano, según apuntaron fuentes de Aumar. Sin embargo, este crecimiento no ha sido suficiente para solventar los atascos que se repiten en los días y horas punta de movimiento de vehículos, lo que ha revelado la verdadera causa de la congestión. A juicio de la empresa concesionaria, el problema no está en el punto de cobro, sino en la gran circulación que soporta la propia autopista y, también, la incapacidad de la N-IV para absorber el flujo de coches procedente o con destino a la carretera de pago. "En el peaje no se retiene el tráfico, el problema es que no hay vía que pueda absorber esa cantidad de vehículos al mismo tiempo", apuntan desde Aumar. Las fuertes retenciones se han registrado en domingos de julio y en los días de operación salida o retorno de vacaciones. Esos días, el enclave de Lebrija es el epicentro del tráfico norte-sur de la provincia, pero también del de la Costa Noroeste. En esta intersección con la N-IV es donde se crea el cuello de botella, que no sólo afecta al propio enlace, sino que repercute en el tráfico de la propia vía de pago. Además, en este 2008 ha sido determinante la coincidencia de las principales operaciones salida con fines de semana, como el mismo 1 de agosto, según apuntan desde la empresa valenciana. Y es que según los datos de Aumar, en los momentos punta se llega a cuatriplicar la intensidad media de vehículos en el peaje. El promedio en días generales es de 600 coches a la hora en el control troncal (el de Sevilla) y de 200 en la salida de Las Cabezas-Lebrija. En los picos de tráfico estivales se llega a los 2.400 y 1.000, respectivamente. Para hacerse una idea, en carreteras de dos carriles por sentido se calcula que por encima de 3.000, el tráfico se complica y por encima de 4.000 hay peligro de colapso. Según Aumar, en los tres primeros días de agosto (viernes-domingo), más de 150.000 automóviles transitaron la autopista, una media de 2.000 a la hora, lo que significa que en algunos momentos pudo haber 500 ó 1.000 y en los álgidos se contabilizaron esos 3.000 ó 4.000. Éste es, a juicio de la concesionaria del grupo Abertis, el principal inconveniente que complica el funcionamiento del punto de pago, por lo que la eliminación de este punto negro de la red viaria gaditana parece lejano ya que el desdoblamiento de los 82 kilómetros entre Dos Hermanas y Jerez lleva sometido a estudio informativo desde 2005 y la Administración se ha mostrado siempre bastante errática en sus compromisos de desarrollo de esta importante infraestructura. Aunque está incluida en el Plan de Infraestructuras del Estado 2005-2020, hasta ahora sólo se ha licitado la consultoría y asistencia para la redacción del proyecto hasta Los Palacios. Además, es revelador que los atascos se han repetido este verano pese a que el flujo de automóviles ha sido bastante menor que en campañas pasadas. Aumar ya se marcó unas tímidas previsiones para este ejercicio a consecuencia de la crisis. Y la crisis se ha confirmado en uno de los termómetros de la campaña veraniega que pueden considerarse más fiables en la provincia. Según los primeros datos de la compañía, el tráfico en junio y también julio fue en torno a 26.000 vehículos diarios. El año pasado fue similar en el caso de junio, pero en el primer mes de la temporada alta se llegó a los 32.948 y esta cifra se superó en agosto con 33.408 automóviles. Aumar reconoce que el balance es "malo" y viene a confirmar la negativa tendencia de los primeros cuatro meses del año, en los que la circulación bajó casi un 1,5% y se situó en un total de 88.093 vehículos diarios. En caso de confirmarse el descenso al final del año, se rompería la magnífica evolución mantenida durante diez años consecutivos. Porque desde 1997 no ha dejado de aumentar la intensidad media diaria (IMD). El año pasado, la autopista soportó un promedio de 25.138 coches cada jornada, lo que supone 268 por kilómetro. Estas cifras colocan a la autopista Sevilla-Cádiz como la decimoprimera con mayor tráfico del país. Es una posición intermedia ya que la red española se compone de 27 autopistas, según los datos del Ministerio de Fomento. La más transitada es la barcelonesa entre Montmeló y Papiol, con la friolera de 4.455 coches diarios por kilómetro, y la menos, la nueva murciana entre Cartagena y Vera (inaugurada el año pasado), que sólo registra 28. Textos e imágenes tomados de Diario de Cadiz
|